"¿Qué hubiera pasado si...?", "Si no hubiera hecho eso..."
¿Qué hubiera pasado si yo no hubiese dicho eso? ¿Qué hubiese pasado si no respondía de esa manera? ¿Y si mejor no hacía eso y hacía esto? ¿Y si no iba a tal lugar? ¿Y si no le escribía eso? ¡Nunca debí decirle todo eso! "Estuve a punto de enviárselo, pero borré todo lo que le escribí" ¿Y si le contestaba el teléfono? ¿Y si no le contestaba? ¿Y si le decía que no?...
¿Cuántas veces hemos estado entre dos caminos y hemos dudado cuál tomar? Por lo menos yo he tenido muchas oportunidades. Y me ha pasado que con todo el dolor del mundo me he ARREPENTIDO de haber tomado aquellas decisiones y no otras. Muchas veces me he querido enfrentar al destino y gritarle por qué. Por qué pasó eso, por qué fue asi, por qué no hice eso, por qué hice lo otro, por qué si, por qué no... ¿por qué? Pero, algo que he aprendido últimamente es que en la vida no existe el "hubiera" ni el "quizás". Las cosas que pasaron estaban destinadas a ser así, y en el destino ya estaba escrito que vayas por ese camino. ¿Crees en el destino? Yo si.
Cuando nacemos deberíamos salir con un papelito en la mano que tenga escrita toda nuestra historia, para colgarla en un cuadro y entender por qué las cosas pasan de esa manera, porque van a pasar así y a dónde nos van a llevar. Más que todo, para entender el "todo pasa por algo".


Es por eso que hoy le digo gracias a todas las personas que entraron a mi vida, porque me dejaron lindos recuerdos y lindas lecciones aprendidas, errores que uno aprende a no volver a cometer. Y les diré gracias a las que aparecerán también, y sobretodo, a las que aparecerán y nunca se irán porque me las llevaré en la memoria por el resto de mi vida. Las personas aparecen en nuestra vida por capítulos y se van una vez que nos enseñaron aquello que debemos aprender, es por eso que nunca debemos retener a nadie, porque si se van... es por que ellos no forman parte de nuestro papelito.
Creo en los errores, en que si en algo fallé, fue por algo... y si volví a fallar en lo mismo, tuvo de nuevo una razón. No me arrepiento de las cosas que he hecho, porque tarde o temprano estaba escrito en mi papelito que lo haga. En vez de arrepentirme, más bien, yo pedí perdón y aprendí de aquello para no volver a cometerlo. Además, ¿vivimos solo una vez no? asi que está bien equivocarse, una y otra vez. Las veces que sea necesaria. Equivócate hasta que ya nadie crea en ti. Porque va a llegar el día en que dejes de hacerlo, y te demostrarás a ti mismo cuán lejos llegaste y cuán fuerte y perseverante eres.
Va a llegar un día en que finalmente tengas ese papelito en la mano, leerás tu historia, y entenderás todo, entenderás por qué todo pasó como debió. Dios hace cosas perfectas, y todas las cosas que van a pasarte a lo largo de tu vida van a guiarte de manera perfecta al propósito final de ese papelito.
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